domingo, 29 de julio de 2007

Hasta Mañana...

Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte, que es su pobre dueño

la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño


que a Dios invoco, pero no le pido

nada, con tal de compartir apenas
este universo
que hemos conseguido


por las malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado
no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?

Mi pesadilla es siempre el optimismo:

me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.

No me lo digan cuando me despierte.

Mario Benedetti.

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