martes, 8 de abril de 2008

Bebidas y Diabetes: conceptos claros.

Al hablar de bebidas se debe hacer hincapié en que la única bebida indispensable para la vida es el agua, que además debe ingerirse en la cantidad necesaria. El resto de bebidas se toman bien atendiendo a placeres gustativos, bien por los efectos espiritosos o estimulantes que producen.

Las bebidas las podemos clasificar en dos grandes grupos:

a) Bebidas REFRESCANTES no alcohólicas

Como bebidas refrescantes, por la diabetes y salvo que existan otros motivos que lo contraindiquen (como hipertensión o nefropatía), se pueden tomar libremente el agua, corriente o mineral, con gas o sin gas; la gaseosa (la transparente, no las que tienen sabores) y los refrescos preparados con edulcorantes artificiales (Coca-Cola Light, Pepsi Light, Nestea Light, Schweppes Light, Kas Light, Trina Light, Fanta Free). También se podrán tomar zumo de tomate y cualquier tipo de infusión, salvo contraindicación por otros motivos, como puede ser el uso de café o té cuando exista hipertensión.

Los refrescos de colas habituales (Coca-Cola, Pepsi, Schweppes), los refrescos con extractos de frutas (naranjadas, limonadas, refrescos de piña, manzana, etc.), o de plantas (tónica, bitter), y los zumos industrializados no se deben de tomar, por tener azúcares de digestión rápida en una cantidad aproximada de 10 a 15 gr por cada 100 cc de refresco.

Se ha de señalar aquí que, aunque existen zumos de fruta elaborados "sin azúcar añadido", lo que los convertiría en utilizables por el diabético, no son demasiado recomendables, ya que, al estar desposeídos del contenido en fibra de la fruta, la absorción de la fructosa se efectúa rápidamente, produciendo una brusca elevación de la glucemia.

b) Bebidas Alcohólicas

Hay que tener en cuenta algunos aspectos que hacen que las bebidas alcohólicas no sean recomendables para el diabético, porque:

1.- El alcohol aporta abundantes calorías (7 cal/gr de alcohol), pero además son unas calorías que no tienen ningún valor nutritivo.

2.- En exceso, el alcohol puede provocar la aparición de hipoglucemias severas, por producir el bloqueo del hígado, que hace que, ante una hipoglucemia, el hígado no pueda liberar glucosa a la sangre. Además, los efectos del alcohol pueden hacer que se noten menos los síntomas de la hipoglucemia, o que éstos se confundan, lo que aumenta su gravedad..

3.- Pasado este periodo inicial tras la ingesta, y por su aporte calórico, va a producir una importante elevación de la glucemia (hiperglucemia).

4.- En grandes cantidades, el alcohol tiene efectos tóxicos sobre el riñón, estómago e hígado, y facilita la enfermedad vascular (problemas de circulación) y las neuropatías periféricas (lesión del sistema nervioso periférico).

5.- Puede provocar, o empeorar, una cifra elevada de triglicéridos.


El contenido de alcohol de las bebidas varía según su gradación (grados). Así, el vino de mesa corriente tiene entre 10 y 15 grados, es decir, 10-15 gr de alcohol por cada 100 cc. , a la vez que pequeñas cantidades de azúcar. Un chato o un vasito de vino (100 cc) aporta unas 70 calorías.

La cerveza ligera contiene, aproximadamente, un 4% (es decir, 4º o 4 gr) de alcohol por 100 cc, y otro 4% de azúcares. Por término medio, una caña, o un botellín pequeño (200 cc) de cerveza aporta de 80 a 90 calorías. La Cerveza sin alcohol es una cerveza a la que se le ha eliminado una parte importante de su contenido en alcohol (casi nunca totalmente), pero sigue manteniendo su contenido de azúcares, por lo que tampoco pueden consumirse libremente, ni en la cantidad que se desee.

El cava, desde el punto de vista de la alimentación, tiene la misma consideración que el vino de mesa, siendo menor su contenido en azúcares cuanto más seco sea.

Probablemente, un consumo moderado de bebidas alcohólicas, o mejor sería decir de alcohol, no es nocivo para el diabético. Sin embargo, la definición de un "ingreso moderado" resulta muy difícil. Además, el consumo de alcohol puede suponer un incremento notable de la energía (calorías) de la alimentación, una inhibición de la secreción de glucógeno hepático ante una posible hipoglucemia, y la potenciación de las sulfonilureas e insulina administradas. En consecuencia, es necesario ser extremadamente prudentes ante el consumo de alcohol, a la vez que recomendar que no se consuman bebidas con alta gradación alcohólica.


José Antonio Saz Franco
Asesor Médico de Adezaragoza

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